*Esta historia está aún en desarrollo

En noviembre de 2020, las tensiones políticas se intensificaron en Tigray, Etiopía. En un instante, la violencia estalló causando una devastación generalizada.

Tigray, una región relativamente pacífica en el norte de Etiopía, se convirtió repentinamente en el centro de atención, un fuerte debate llenó los canales de noticias y miles de personas comentaban en redes sociales. En medio del caos, nuestro objetivo siguió siendo el mismo: los niños etíopes y su supervivencia.

El conflicto político, la desconexión de todas las formas de comunicación y la falta de acceso inmediato para los grupos humanitarios aumentaron gravemente la presión que ya estaban enfrentando muchos etíopes. Durante cuatro años, Etiopía ha soportado varias crisis de categoría III. La sequía recurrente y las plagas severas de langostas han devastado los cultivos, destruyendo las fuentes de alimentos y los medios de vida, obligando a las familias a dejar todo atrás mientras migran a áreas donde los alimentos, el agua y el apoyo puedan estar disponibles.

Etiopía ha visto y sobrevivido a este tipo de devastación antes.

En la década de los 80, Etiopía sufrió uno de los peores desastres del siglo XX. Según las Naciones Unidas, la hambruna y la crisis del hambre en Etiopía causaron aproximadamente 1 millón de muertes y millones de familias fueron desplazadas de sus hogares sin ningún apoyo para reconstruir sus vidas.

La gravedad de la sequía, las invasiones de langostas, los crecientes efectos climáticos y el conflicto actual son muy preocupantes, ya que reflejan las similitudes experimentadas durante la crisis de la década de 1980. No es solo una "cosa" o un único "problema" lo que causa una crisis de esta magnitud, es la acumulación de desastres, uno tras otro. Ya sea político o natural, todos están conectados.

En medio de todo esto, los niños son los más vulnerables y para ayudarlos a construir un futuro, primero debemos asegurarnos de que puedan sobrevivir.

Mira este vídeo para ver cómo estamos trabajando actualmente en Tigray y las áreas circundantes, entregando agua y elementos esenciales para la supervivencia.

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Conflicto repentino

Las actividades de bandas callejeras, el terrorismo o los disturbios civiles son menos predecibles que otras formas de violencia, y se aprovechan de las comunidades más desfavorecidas en los contextos más frágiles del mundo.

Rafael, es moderador de World Vision y vive en San Pedro Sula, en Honduras, la ciudad con el porcentaje más alto de asesinatos por habitante en el mundo. A él mismo le han apuntado con armas de fuego los miembros de las bandas, recuerda, “fue una de las experiencias más difíciles a las que he tenido que enfrentarme en la vida.”

  • Muchos barrios pobres en Honduras son controlados por bandas que acosan y amenazan a gente inocente.
  • El porcentaje de asesinatos es tan alto en Honduras que casi la mitad de los refugiados que huyen del país han perdido a un familiar de manera violenta.
  • Grupos rebeldes y terroristas en Iraq y la República Democrática del Congo hacen a menudo emboscadas en áreas con poca seguridad policial, raptando a niños como rehenes o niños soldado.

¿Cómo afecta realmente un conflicto repentino al futuro de un niño? ¡Reserva un par de minutos para ir hasta Honduras! Únete a nuestra reportera Helene mientras busca respuestas con un exmiembro de una banda callejera, un grupo musical escolar y voluntarios de World Vision.