“Estábamos despiertos hasta tarde una noche cuando de repente empezó el bombardeo”, cuenta Fadi, de 15 años. Los ataques aéreos destrozaron su casa y la de sus vecinos, y le hirieron. “Dejé de sentir mi brazo y había mucha sangre saliendo.”

Corrió hasta uno de los pocos hospitales que todavía funcionaban en su región y los médicos le salvaron la vida. Desafortunadamente, los doctores de la zona ven muchos casos como este - se estima que cientos de miles de niños han sido heridos o asesinados en los 10 años del conflicto sirio. Muchos más han quedado huérfanos y sin hogar.

La historia continúa tras "In Short"

In Short

  • Cerca de un millón de personas han sido forzadas a escapar del conflicto sirio en Idlib desde diciembre de 2019. Más de la mitad son niños.
  • Fadi perdió su brazo por un ataque aéreo que también destrozó su casa.
  • Ahora intenta ayudar a su familia con todo lo que puede, mientras rehacen su vida en un campo de refugiados.

Fadi y su familia se han mudado a un refugio temporal dentro de un campo de refugiados después que el ataque aéreo destrozara su hogar.

Fadi vivía con su familia en la que era la casa de sus abuelos hasta los ataques. Después de que su casa fuera destruída, consiguieron llegar a un sobrepoblado campo de refugiados al norte de la ciudad, donde él y su familia han convertido una tienda de campaña en su hogar. "Somos nuevos aquí y no conocemos a nadie", dice Fadi.

La familia vive comida a comida. Sin ayuda alimentaria, puede que haya días que no coman nada en absoluto. A Fadi le gistaría tener un brazo protésico, pero por ahora la comida está en lo más alto de las prioridades.

15 year old Fadi lost his father and his arm during an airstrike on his home in Syria. Now he and his family are struggling just to get by in an IDP camp in NW Syria. He needs a prosthetic arm to work so he can help support the family.

"Somos nuevos aquí y no conocemos a nadie", dice Fadi.

“Todo sale caro,” cuenta Fadi. Su padre murió hace 5 años de un infarto, por lo que él y sus hermanos trabajan siempre que pueden para sacar adelante a la familia, pero desde que perdió el brazo los trabajos -en su mayoría manuales- son un completo reto.

Fadi y otros niños del campo de refugiados no sólo carecen de la seguridad de un hogar y alimento: el 25 de febrero se avisó que diez escuelas y guarderías han sido bombardeadas. Como resultado, se estima que 280.000 niños y niñas de este área no tienen acceso a educación.

Johan Mooij es el Director de Respuesta en Siria de World Vision y trabaja con niños como Fadi. “En Siria, los [niños] vienen aquí a diario, hambrientos, muertos de frío y angustiados por lo que han visto y vivido”, dice Mooij. “Trabajamos para ayudarles, pero no me cansaré de repetirlo: sólo el alto al fuego puede poner fin a esta miseria.”

El 5 de marzo de 2020, los gobiernos de Turquía y Rusia anunciaron un alto al fuego en Idlib. Los habitantes de la ciudad, como Fadi y su familia, están atentos y con la esperanza de que se mantenga.

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Conflicto crónico

Cuando las tensiones profundamente arraigadas sobre la tierra, la cultura o el liderazgo se convierten en una guerra, el conflicto puede durar años o incluso décadas, y sus efectos a menudo duran mucho más en las zonas empobrecidas.

Niños inocentes quedan atrapados en el fuego cruzado. "Muchas personas en nuestro barrio han perdido a alguien", dice Dalal, de 17 años, quien perdió su mano cuando una bomba cayó en su calle en Mosul, Irak. "La mayoría de los niños todavía tienen mucho miedo y no quieren salir".

  • Los grupos armados a menudo tratan a los ciudadanos como rehenes cuando ocupan ciudades. Las familias se enfrentan la decisión de seguir viviendo en una zona de guerra o correr el riesgo de ser asesinadas por huir.
  • Una guerra duradera destruye los suministros de agua, las instalaciones energéticas y los edificios que alguna vez se llamaron hogar. Satisfacer las necesidades básicas como refugio y comida se vuelve complicado.
  • 70,8 millones de personas han sido forzadas a desplazarse en todo el mundo debido a persecuciones, conflictos, violencia o violaciones de los derechos humanos.

Era obligado a matar, pero el niño exsoldado Dieudonné está construyéndose una nueva vida. Los refugiados Issra y Kussai desean la paz en Siria para poder volver a casa. En un par de minutos viajarás con nuestra reportera Helene para encontrar niños resilientes que desafían toda adversidad cuando se encuentran ante un conflicto crónico.