En 2015, Sudán del Sur empezaba a sentir la esperanza, de nuevo. Tras décadas de inestabilidad y una desgarradora guerra civil, la paz se restablecía en el país más nuevo del mundo, Sudán del Sur.
En 2021, tan solo diez años después de la independencia del país, Sudán del Sur y su población están siendo desplazados a niveles récord y se avecina una grave hambruna.
Es un recordatorio devastador de cómo las cosas pueden cambiar en un instante y luego agravarse: la guerra, la violencia, la violencia de género, los colapsos económicos, Covid-19, la sequía y las pérdidas de cosechas han garantizado que el brillante futuro de Sudán del Sur necesita que el mundo actúe, ahora.
Jemima Tumalu
Huyendo para salvar la vida, Monica Nyanut, madre de cinco hijos, y su familia son ahora desplazados. Forman parte de los 2,2 millones de sursudaneses que se aferran al borde de la existencia con un largo e incierto camino por delante.
"Antes de los enfrentamientos, vivía y mantenía bien a mi familia. Nuestra granja también nos proporcionaba alimentos. Pero las recientes circunstancias nos han robado una buena vida".
"Como madre, me duele que mi familia duerma con hambre", añade.
"La vida es más difícil y a menudo comemos una vez al día. A mi tienda no le iba bien porque la mayoría de los clientes han huido en busca de seguridad a otras partes del país. Sin esta ayuda alimentaria, muchas personas de Tonj Norte morirían de hambre", dice Mónica.
Emmanuel Ondogo & Jemima Tumalu
Jemima Tumalu
La inseguridad alimentaria es una amenaza para la vida de los desplazados y refugiados en Sudán del Sur. En 2017 se declaró la hambruna en algunas zonas del país y, con los continuos disturbios, la situación no hace más que empeorar.
Aunque los alimentos son fundamentales para la supervivencia, hacer llegar la ayuda a donde se necesita puede resultar difícil en lugares peligrosos y complejos. El Proyecto de Asistencia Alimentaria de World Vision se asocia con el Programa Mundial de Alimentos para distribuir maíz, aceite vegetal, frijoles, sal y alimentos terapéuticos a los desplazados internos en zonas de Sudán del Sur.
Solo en marzo de 2021, más de 64.000 personas, 42.579 de ellas niños, recibieron apoyo a través de la distribución general de alimentos, la alimentación escolar y los programas de alimentación complementaria.
Jemima Tumalu
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